El gemelo y yo estuvimos conectados en Zoom una hora y media más o menos. El truco era no tanto conectar el openaps como no perder el pincho verde. Eso sí que no quería perder en la nueva configuración. Se unieron otros problemas que aparecieron así de improviso: de repente un tal Wolfram (un programa que resuelve todo tipo de ecuaciones que uno pueda pensar) venía por defecto instalado en la tarjeta de la Raspberry y ocupaba todo el espacio. Tuvimos que borrarlo y no se imaginan ustedes todos los commands que hay que darle al aparatito para que lo haga.
El páncreas de mi gemelo parece que funciona mucho mejor que mi openaps, pero claro, lo tiene a él como creador, que es una diferencia importante. A ver si ese asunto se espabila y se hace más democrático el sistema, más apto para todos. El openaps no es para todos los públicos en este momento, pero yo sé que el asunto tiene los meses contados. Lo conseguiremos.
El caso es que empezamos por borrar Wolfram, luego borramos cron y después volvimos a instalar Oref0. Oref0 es una herramienta que facilita mucho las cosas, en realidad si uno lo piensa es hasta fácil (esta parte del asunto). En las instrucciones te dan la cadena de símbolos para escribir en la terminal de tu ordenador, yo la copié y pegué y luego uno sigue las preguntas de Oref0: Número de serie de la bomba, ¿que cgm usas? ¿usas carelink o pincho? dirección de la página de Nightscout ... y voila, ya está configurado.
Cuando terminamos pude ver en Heroku toda la información de mi bomba y ahora no me canso de mirarla. Es tan bonito ver cómo las glucemias quieren subir y bajar y mi openaps las controla poniendo y quitando insulina al mismo tiempo. ¡Qué listo es mi openaps! Me tiene maravillada.
No crean que he dejado de trabajar en el asunto, la verdad es que sigo pensando en mi diabetes mucho más tiempo del que quisiera. La otra verdad es que en realidad yo ya estaba bastante bien controlada antes de utilizar el openaps. Ahora sin embargo mis números casi igualan a los de las personas que tienen la bomba de insulina dentro y no fuera. Yo quiero ser una viejita feliz, que cuide de sus nietos y disfrute de su madurez y sé que mi openaps me va a ayudar a convertirme en la abuelita que siempre quise ser. ¡Ahhh, la vida es bella!
Pues verán, desde el domingo, mis hijos y yo vamos cantando en el coche a pleno pulmón nuestro grito de guerra. Ellos no están muy seguros de por qué su mamá está tan contenta, pero se unen los dos al jolgorio levantando su mano: ¡Sube la mano y grita gol! oooo, oooo. No hay dos sin tres...
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